Entre algunos de los factores causantes de estos abortos, es la mezcla y número de alteración de genes en el óvulo fecundado, y da como resultado, que el óvulo fecundado no se pueda desarrollar normalmente. Asimismo, hay otros casos, como el choque de un carro que provoca un aborto; que el feto tenga alguna malformación grave como la anencefalia (tubo cerebral que no logra cerrarse),  o que se encuentre la vida de la madre en peligro.

 

¿Qué se debe hacer si una mujer presenta estos síntomas?

 

Acudir al doctor inmediatamente. Luego realizar un eco para saber si tiene latido fetal el bebé. Si no lo tiene latido, se recomienda medicar Misoprostol, (medicamento para inducir el parto) así se podrá dilatar el cuello servicial que provocará la inducción del parto y la interrupción del embarazo. En casos que la mujer presente residuos, se le debe realizar un legrado o una aspiración al vacío en el útero.

 

Provocado  

 

Conocer el tiempo de embarazo de una mujer es lo más importante para el aborto provocado, pues de esto dependerá el método que sea mejor para practicar el aborto. Entre la sexta o novena semana es mejor realizar la interrupción del embarazo, aunque es seguro hasta la semana 12 como máximo.

 

El aborto inducido o provocado, según la definición de la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) son las prácticas realizadas por la propia embarazada o por otra persona por encargo de esta para interrumpir el desarrollo del bebé.

 

Las mujeres, por lo general, optan por métodos peligrosos para la inducción del aborto. Entre estos casos se encuentra el método “mecánico” (con instrumentos quirúrgicos) o de hormonas.

 

Verdades

 

“El parto espontáneo implica, por lo general, menos riesgos para la gestante que el parto inducido”.

 

“La inducción del parto debe reservarse para cuando existe un riesgo médico para la madre o el bebé”.

 

¿Cómo se debe realizar un aborto?

 

Aborto es la eliminación de un feto menor a 20 semanas de gestación, que no tenga latino cardiaco, o que pesen menos de 500 gramos.

 

Uno de los métodos, y uno de los más comunes, es darle a la paciente alrededor de 400 microgramos de Misoprostol vía sublingual para poder dilatar el cuello del útero. Luego la paciente bajo anestesia general es sometida a un legrado instrumental.

 

Consecuencias

 

Varios estudios demuestran que las mujeres que practican estos procesos quedan con traumas psicólogos, emocionales, remordimiento, pesadillas y sentimientos de culpa. Frecuentemente estos fenómenos van acompañados de perturbaciones físicas, como alteraciones de ritmo cardiaco, migraña y trastornos del aparato digestivo.

 

En un estudio realizado por la Dra. Maria Simon, psicóloga en la Clínica Ginecológica Universitaria de Würzburg (Alemania), sobre  las consecuencias psíquicas del aborto, menciona que tras el aborto y luego de bastante tiempo, las mujeres sufren de pesadillas, y tienen como tema niños pequeños muertos. Además en una encuesta realizada, el 52% les molesta ver mujeres embarazadas porque les recuerdan a sus propios hijos abortados. Al 70% de las mujeres surge el pensamiento de cómo serían las cosas si el bebé abortado viviera ahora.

 

 

TESTIMONIO

 

Una estudiante de publicidad Lucía S. (nombre protegido).

 

La angustia de Lucía comenzó cuando no sabía de quién era su bebé. Ella había estado con dos hombres. La primera idea de esta estudiante de publicidad fue abortar. Estaba casi segura que el bebé no era de su pareja actual y su carrera universitaria demandaba mucho tiempo.

Intentó abortar con pastillas, Misoprostol, vía sublingual, pero fue efectivo parcialmente. Perdió una de las gemelas que gestaba.  La otra sobrevivió y ella desistió intentar de nuevo un aborto.

 

Han pasado tres años desde aquel día y la estudiante de publicidad tiene una hija sana, ojos verdes azulados, rizos brillosos y una sonrisa encantadora. Ella cuenta que se siente la mujer más feliz del mundo. Actualmente está por terminar su carrera. La estudiante confiesa que nunca más se sentirá sola, pero que no hay un  solo día que no piense en su otra bebé, amándola locamente como adora a su “churo loco”.